Hace unos días, hablando con mi novia
sobre otro artículo ya publicado, me pidió que investigara el motivo de los
tacones en los zapatos y porqué solo lo llevan las mujeres.
Movido por mi
habitual curiosidad, indagué sobre el tema. Lo cierto es que en otra ocasión oí
cierta explicación, que debía de comprobar. Y según las fuentes consultadas
aquel rumor era cierto. Los tacones se inventaron para la guerra.
Entre los siglo XVII
y XII a.C. una poderosa civilización extendía su dominio por Oriente Próximo,
rivalizando con las potencias de Babilonia y Egipto. Se trataba de los hititas
y su imperio Hatti. La forma de mantener a raya a tan poderosos imperios era
mediante la fuerza bélica. Y los hititas para ese menester eran grandes
inventores e ingenieros.
Los hititas
perfeccionaron el carro de combate ligero al que sacaron máximo rendimiento en
las batallas de llanura, consiguiendo una ofensiva rápida entre las filas
enemigas. Pero por encima de todo se le atribuye a estos artesanos las primeras
utilizaciones del hierro para la fabricación de armas y otros objetos de lujo.
Aunque las armas en su mayoría eran fabricadas con bronce.
En el caso de los
arqueros a caballo, está el punto que más nos interesa en nuestra historia. La
forma de disparar a lomos de un caballo al galope era muy complicada, más aún
si además se pretende apuntar. De modo que los herreros hititas idearon una
peculiar forma para que el jinete se elevara del lomo del animal y flexionando
las rodillas conseguía una amortiguación que le permitía apuntar con más
facilidad. Se trató efectivamente de colocar tacones en las botas de los
arqueros de caballería. Dichos tacones se introducían en el estribo y
permitiendo al jinete levantar las posaderas del violento movimiento del
equino.
Este invento
revolucionó la guerra de aquel momento al aumentar los aciertos al disparar los
arcos.
Lógicamente, los
enemigos egipcios y babilonios copiaron tan novedoso sistema, difundiéndolo
así por toda Asia.
En el siglo II
a.C. los zapatos de tacón se empleaban por los actores en las representaciones
teatrales. El objetivo era diferenciar en altura a los diferentes personajes de
las obras según su estrato social. Los zapatos de tacón empleados por dichos
actores se les denominaban "kothorni" y su función era puramente
práctica y no por motivo estético como hoy en día.
Posteriormente en
la Europa medieval, los zapatos de tacón volvieron a ponerse de moda tanto para
hombres como para mujeres con otro motivo práctico. Pues las calles de las
ciudades al no estar empedradas y ser de tierra, unido al arrojo de aguas
sucias y excrementos por las ventanas de las casas de aguas al grito de
"agua va", creaban un apestoso lodo.
Por este motivo,
tanto hombres como mujeres calzaban sandalias con tacón para aislarse todo lo
posible del suelo, al tiempo que el tacón también servía para clavarse al lodo
y no escurrirse en él.
Durante los siglos
XV y XVI, las mujeres venecianas comenzaron a usar unos zapatos de tacón
llamados "chapines" que si mostraban además el estatus de las mujeres
según la altura del tacón. Llegándose incluso a los 50 cm de tacón. Esto
ocasionaba verdaderos problemas para caminar a las mujeres de más alta
alcurnia. Por tanto precisaban la asistencia de criados para ayudarles como
apoyo. Siendo el número de criados que rodeaban a las señoras a cada paso, una
buena forma de presumir del alto estatus. Cuantos más criados asistieran a la
señora al caminar, más alto sería su estatus económico.
Pero en realidad
estos no eran puramente tacones, sino plataformas.
A finales del
siglo XVI, una embajada persa llega a la corte francesa del monarca Luis XIV
con la intención de pedir apoyo militar para el Sha de Persia frente a la
amenaza del imperio Otomano. Los embajadores persas vestían suntuosos trajes de
túnica y unos zapatos con tacones. Este calzado maravilló al monarca galo. Poco
a poco en el París de la época, los hombres y mujeres de la corte y la nobleza
siguieron la moda que encandiló al rey. De este codo comenzó a extenderse el
calzado con tacón por toda Europa.
Al llegar el siglo
XVIII, con la Ilustración se cambió no solamente el modo de pensar de la
población, sino también su vestimenta teniendo en cuenta que lo extravagante
como las pelucas blancas, el maquillaje y los tacones eran más propios de
personas irracionales. Incluso las mujeres dejaron esta moda. Pero no tardaron
mucho las mujeres en regresar a la moda de los tacones y el maquillaje. Aunque
los hombres no volvieron y prefirieron mantener un aspecto menos suntuoso y
recargado.
Por tanto, las
mujeres francesas vuelven a emplear y a poner de moda a mediados del siglo XIX
los tacones y el maquillaje. Momento en que dicha moda francesa se extendería
por toda Europa y muy peculiarmente por EEUU. Pues en ese momento, en
Norteamérica miraban con embeleso el refinamiento y por ende todo lo procedente
de Francia. De modo que así llega la baraja francesa, las bailarinas de
"can can" y aceptaron de muy buen grado la estatua de la libertad.
Regalo de Francia a EEUU que hoy en día sigue siendo su símbolo de identidad.
Tampoco podemos
olvidar que a finales del siglo XIX, comienzan a aparecer en Francia los
fotógrafos dedicados a la pornografía. Que preferían que las mujeres emplearan
zapatos de tacón en sus fotos como símbolo de sensualidad y feminidad, idea que
hoy en día tiene nuestra sociedad. Y como muchas mujeres dicen, este calzado
"les hace sentirse femeninas", aunque la mujer es ya femenina por
naturaleza. Pero este calzado es como un símbolo moderno de la feminidad. Y de
igual forma piensan los hombres. Por tanto prefieren dejar el incómodo símbolo
femenino contemporáneo solo al uso de las mujeres.
Antonio José Alcocer Mingallón.
Licenciado en Geografía.