martes, 13 de septiembre de 2016

Los zapatos de tacón. Un invento bélico.


Hace unos días, hablando con mi novia sobre otro artículo ya publicado, me pidió que investigara el motivo de los tacones en los zapatos y porqué solo lo llevan las mujeres.

Movido por mi habitual curiosidad, indagué sobre el tema. Lo cierto es que en otra ocasión oí cierta explicación, que debía de comprobar. Y según las fuentes consultadas aquel rumor era cierto. Los tacones se inventaron para la guerra.




Entre los siglo XVII y XII a.C. una poderosa civilización extendía su dominio por Oriente Próximo, rivalizando con las potencias de Babilonia y Egipto. Se trataba de los hititas y su imperio Hatti. La forma de mantener a raya a tan poderosos imperios era mediante la fuerza bélica. Y los hititas para ese menester eran grandes inventores e ingenieros.
Los hititas perfeccionaron el carro de combate ligero al que sacaron máximo rendimiento en las batallas de llanura, consiguiendo una ofensiva rápida entre las filas enemigas. Pero por encima de todo se le atribuye a estos artesanos las primeras utilizaciones del hierro para la fabricación de armas y otros objetos de lujo. Aunque las armas en su mayoría eran fabricadas con bronce.

Calzado de arqueros ecuestres mongoles.

En el caso de los arqueros a caballo, está el punto que más nos interesa en nuestra historia. La forma de disparar a lomos de un caballo al galope era muy complicada, más aún si además se pretende apuntar. De modo que los herreros hititas idearon una peculiar forma para que el jinete se elevara del lomo del animal y flexionando las rodillas conseguía una amortiguación que le permitía apuntar con más facilidad. Se trató efectivamente de colocar tacones en las botas de los arqueros de caballería. Dichos tacones se introducían en el estribo y permitiendo al jinete levantar las posaderas del violento movimiento del equino.

Este invento revolucionó la guerra de aquel momento al aumentar los aciertos al disparar los arcos.
Lógicamente, los enemigos egipcios y babilonios copiaron tan novedoso sistema, difundiéndolo así por toda Asia.

En el siglo II a.C. los zapatos de tacón se empleaban por los actores en las representaciones teatrales. El objetivo era diferenciar en altura a los diferentes personajes de las obras según su estrato social. Los zapatos de tacón empleados por dichos actores se les denominaban "kothorni" y su función era puramente práctica y no por motivo estético como hoy en día.


Kothorni griegos.

Posteriormente en la Europa medieval, los zapatos de tacón volvieron a ponerse de moda tanto para hombres como para mujeres con otro motivo práctico. Pues las calles de las ciudades al no estar empedradas y ser de tierra, unido al arrojo de aguas sucias y excrementos por las ventanas de las casas de aguas al grito de "agua va", creaban un apestoso lodo.
Por este motivo, tanto hombres como mujeres calzaban sandalias con tacón para aislarse todo lo posible del suelo, al tiempo que el tacón también servía para clavarse al lodo y no escurrirse en él.

 
Dama veneciana del siglo XV.
Durante los siglos XV y XVI, las mujeres venecianas comenzaron a usar unos zapatos de tacón llamados "chapines" que si mostraban además el estatus de las mujeres según la altura del tacón. Llegándose incluso a los 50 cm de tacón. Esto ocasionaba verdaderos problemas para caminar a las mujeres de más alta alcurnia. Por tanto precisaban la asistencia de criados para ayudarles como apoyo. Siendo el número de criados que rodeaban a las señoras a cada paso, una buena forma de presumir del alto estatus. Cuantos más criados asistieran a la señora al caminar, más alto sería su estatus económico.
Pero en realidad estos no eran puramente tacones, sino plataformas.


A finales del siglo XVI, una embajada persa llega a la corte francesa del monarca Luis XIV con la intención de pedir apoyo militar para el Sha de Persia frente a la amenaza del imperio Otomano. Los embajadores persas vestían suntuosos trajes de túnica y unos zapatos con tacones. Este calzado maravilló al monarca galo. Poco a poco en el París de la época, los hombres y mujeres de la corte y la nobleza siguieron la moda que encandiló al rey. De este codo comenzó a extenderse el calzado con tacón por toda Europa.


 
Luis XIV de Francia.
Al llegar el siglo XVIII, con la Ilustración se cambió no solamente el modo de pensar de la población, sino también su vestimenta teniendo en cuenta que lo extravagante como las pelucas blancas, el maquillaje y los tacones eran más propios de personas irracionales. Incluso las mujeres dejaron esta moda. Pero no tardaron mucho las mujeres en regresar a la moda de los tacones y el maquillaje. Aunque los hombres no volvieron y prefirieron mantener un aspecto menos suntuoso y recargado.

Por tanto, las mujeres francesas vuelven a emplear y a poner de moda a mediados del siglo XIX los tacones y el maquillaje. Momento en que dicha moda francesa se extendería por toda Europa y muy peculiarmente por EEUU. Pues en ese momento, en Norteamérica miraban con embeleso el refinamiento y por ende todo lo procedente de Francia. De modo que así llega la baraja francesa, las bailarinas de "can can" y aceptaron de muy buen grado la estatua de la libertad. Regalo de Francia a EEUU que hoy en día sigue siendo su símbolo de identidad.

Fotografía erótica francesa del sigloXIX.

Tampoco podemos olvidar que a finales del siglo XIX, comienzan a aparecer en Francia los fotógrafos dedicados a la pornografía. Que preferían que las mujeres emplearan zapatos de tacón en sus fotos como símbolo de sensualidad y feminidad, idea que hoy en día tiene nuestra sociedad. Y como muchas mujeres dicen, este calzado "les hace sentirse femeninas", aunque la mujer es ya femenina por naturaleza. Pero este calzado es como un símbolo moderno de la feminidad. Y de igual forma piensan los hombres. Por tanto prefieren dejar el incómodo símbolo femenino contemporáneo solo al uso de las mujeres.


Antonio José Alcocer Mingallón.
Licenciado en Geografía.


1 comentario:

  1. Enhorabuena, creo que es tu post más interesante y completo hasta la fecha.
    Respecto a su primer uso bélico, el de la caballería arquera, resulta sin duda de vital importancia que el tacón se anclara bien al estribo, amén de que el jinete tuviera no poca fuerza en miembros inferiores para soportar la postura de semisentadilla encima del caballo, una y otra vez en medio de la contienda. No obstante, intuyo que el buen hacer de los tacones para ese menester no fue suficiente para evitar que la arquería pasara a situarse exclusivamente en posiciones atrasadas, como ocurrió en los siglos venideros en batallas más modernas. La inferioridad en el cuerpo a cuerpo de un caballero provisto con un arco respecto de un caballero portando lanza/espada larga y escudo es plausible, por lo que ni el mejor tacón ni la mejor sentadilla a lomos del equino le otorgaban ventaja en corto alcance respecto a otros enemigos mejor armados. Así, en tiempos de los romanos, por poner un ejemplo, se hacía ya difícil ver a un arquero situado en primera línea, estableciéndose más efizcamente en una posición elevada en la retaguardia.

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