Que decir de este magnífico pasodoble. Es por todo el mundo conocido esta pieza musical que ameniza las fiestas populares de todos los pueblos en la imponente geografía española. Pero la fama no termina ahí, pues esta pieza también es muy conocida en otros países de la tierra como es el caso de Argentina, Estados Unidos, Alemania, Egipto, Japón o Australia. Y no solo por la revitalizante imagen que gracias al cantante King África se le volvió a dar hace un par de veranos. También hay que tener en cuenta que este pasodoble tiene un carácter propio que le sirve de carta de presentación.
Desgraciadamente no es tan conocido el nombre de su autor, Don Gustavo Pascual Falcó, vecino de Cocentaina, una preciosa localidad de la provincia de Alicante donde nació y murió joven (1909-1946). Gustavo trabajaba en una de las numerosas fábricas de calzado que se encontraban en la provincia de Alicante. Pero además, Gustavo era un enamorado de la música. Eso le originó hacerse músico y también compositor.
Gustavo se ayudaba de su clarinete, el cual tocaba con gran virtuosismo desde los 8 años, y principalmente de su guitarra, para componer las marchas de moros y cristianos. Pues es de todos conocido la afición por la fiesta de moros y cristianos en las poblaciones de levante. Don Gustavo no podía ser diferente y unido a su gran afición por la música compuso un buen número de piezas destinadas a los desfiles de dicha festividad.
Trágicamente el maestro Pascual murió de los problemas renales por los que padeció gran parte de su vida. Pero su espíritu y recuerdo han quedado vivos para siempre en sus composiciones.
Paquito el chocolatero es su obra más laureada y la más reproducida en directo según la SGAE. Pero son pocos los que saben las curiosidades que encierra este pasodoble, salvo los vecinos de Cocentaina. Según los contestanos (gentilicio de esta localidad), Gustavo tenía un gran amigo que además era su cuñado, Francisco Pérez Molina "Paquito". Según cuentan, en el verano de 1937, en plena guerra civil española, Gustavo Pascual veraneaba con la familia de su esposa en una casa de campo en la sierra de Mariola.
Allí lógicamente coincidió con su cuñado y gran amigo "Paquito" un hombre apasionado de la percusión y al parecer de muy buen humor al que lo caracterizaba una afamada risa contagiosa.
Gustavo tocó las 3 piezas que habia compuesto y le preguntó a su cuñado cual le había gustado más. Paquito eligió la más alegre. En ese momento Gustavo, en homenaje a Paquito le dedico la pieza y le puso su nombre.
Pero... ¿De donde viene "el Chocolatero"?
La pista la tenemos en el oficio de sus padres y del propio Paquito, el cual, se dedicaba a la venta de café, azúcar, especias varias y naturalmente chocolate. Siendo de este producto originado del cacao de donde le vendría el apodo a Paquito. De esta manera se conocia a Francisco en su pueblo "Paquito el Chocolatero". De modo que el pasodoble pasó a llamarse definitivamente así.
En la población de Cocentaina tan solo suenan las notas de este afamado pasodoble en el mes de Agosto, coincidiendo con la festividad de Moros y Cristianos, para la que se compuso. La guitarra con la que se compuso la obra y la partitura original donde Gustavo dejó por escrito la dedicatoria a su buen amigo Paquito, puede contemplarse en el museo festero de Cocentaina. No así el clarinete del compositor que fue vendido por su viuda o el violonchelo que su hijo guarda con gran cariño en el salón de su casa.
¿De donde viene el popular baile de "Paquito el Chocolatero"?
Al parecer la fama de este pasodoble corrió como la pólvora por las fiesta de Moros y Cristianos de toda la provincia en muy poco tiempo. Así en la década de los años 40, se tocó esta pieza musical en el desfile de Villena. Un miembro de la Comparsa de Piratas, apodado "El Roña" puso de moda en conocido grito de "je" mientas desfilaba. Cabe decir que "El Roña" sufría una cojera. Por este motivo desfilaba balanceándose. Sus amigos y compañeros, a modo de broma, respondían "je, que te caes", imitando los esforzados pasos de El Roña, ellos también.
El Roña, lejos de molestarse y siguiendo el buen humor que caracteriza estas fiestas y a los que en ellas participan, se puso frente a sus compañeros sin dejar de moverse dando lugar así al archiconocido baile.
Pero el maestro Pascual no podía dejar ahi su aportación.
Se dió cuenta que al componer sus obras y ensayarlas sonaban muy bien, pero no era así cuando se tocaban en un desfile. Por tanto recolocó la disposición de las bandas de música a la hora de realizar un pasacalles. Ubicó la percusión en la parte delantera, los instrumentos de acompañamiento detrás y los instrumentos de melodía en medio. Esta nueva disposición se estrenó en las fiestas de Moros y Cristianos de Cocentaina en 1943. Esa misma noche, cuenta que Gustavo fue llevado a hombros a su casa. Y aún hoy en día en los desfiles de Moros y Cristianos se sigue organizando de esta forma a las bandas de música.
Antonio José Alcocer Mingallón
Licenciado en Geografía.
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