Es por todos conocido aunque cada vez más
en desuso la célebre frase "Quedar como Cagancho en Almagro" para
referirnos a hacer algo estrepitosamente mal en público. Y como todas las
cosas, parten de un acontecimiento histórico, que es quien le da origen, en
este artículo os voy a narrar que ocurrió en Almagro ese día.
Debo aclarar en un
primer momento, que lejos de la idea que hoy se tiene de la tauromaquia en la
cual unos se encuentran a favor y otros en contra, en 1927, ver una corrida de
toros era casi el único entretenimiento ocioso, junto al teatro, que una persona
podía tener. El cine en aquel momento estaba en pañales y la mayoría de las
personas pasaban su tiempo trabajando en duras labores agrarias.
Es por este motivo
que una corrida de toros era un gran acontecimiento, sobretodo en un pequeño
núcleo rural.
Almagro es uno de
los pueblos mas carismáticos de la provincia de Ciudad Real, tiene una
grandiosa historia, un famoso corral de comedias y como no, hasta esta famosa
frase que ha quedado para la posteridad debido a la famosa "espantá"
protagonizada por Joaquín Rodríguez Ortega "Cagancho".
Este destacado
diestro de principios del siglo XX, según las crónicas taurinas, era si no el
diestro más destacado, si una de las principales figuras del momento. Cagancho,
nacido en Triana (Sevilla) en 1903, de etnia gitana y muy acertado con la
muleta, tomó la alternativa de Rafael Gómez "El Gallo" en Murcia, en
Abril de 1927.
A pesar de su más
que destacada habilidad con la muleta y el estoque, en varias ocasiones
organizó espectáculos tan lamentables que terminó en los calabozos de la
guardia civil y los toros malheridos en el corral.
En España las
ganas de guasa y buen humor no pueden faltar y a todo sacamos chascarrillos que
como el de Almagro, están cerca de cumplir la centuria. Este chascarrillo no es
único ya que existen variantes, según donde Cagancho dejara su menos acertada
huella. Por eso se suele escuchar también: "Quedar
como Cagancho en Las Ventas", "armar
la de Cagancho en las ventas" o
en la zona Oeste de Andalucía "Quedar
como Cagancho en Priego".
Pero la famosa
espantada que el diestro protagonizó en Almagro, en mi opinión creo que fue la
madre de todos los fracasos taurinos que se recuerdan.
Pongámonos en
situación. Se anunció que con motivo de las fiestas de Almagro, uno de los
toreros de la corrida del 25 de Agosto de 1927 sería el archiconocido Joaquín
Rodríguez Ortega "Cagancho". Esta noticia corrió como la pólvora por
todos los pueblos de la zona. La gente pagó autenticas barbaridades en la
reventa de Ciudad Real y se triplicaron los trenes en la ruta Ciudad
Real-Almagro, que llegaron incluso con pasajeros subidos a los estribos de lo
llenos que entraban en la estación de destino.
Una hora antes de
dar comienzo el festejo taurino, la plaza de Almagro estaba hasta la bandera.
El público se agolpaba y aguantaba el calor como buenamente podía, pues las
tardes de verano en La Mancha son de muy altas temperaturas y más aún a pleno
sol. Y el acalorado público solo tenia a mano, para defenderse del calor, su
tradicional bota de vino que no solía faltar para ir a los toros.
Hasta una hora
tarde llegó el afamado torero. Así comenzó el paseíllo junto a los otros 2
diestros que compartían cartel con él eran Antonio Márquez y Manuel del Pozo
"Rayito". La gente ya estaba algo enfadada por el retraso, el calor,
los empujones de la multitud...
Pero vamos al tema
de Cagancho. En el tercer toro de la tarde y su primero, toreó con el brazo muy
estirado, desde la distancia y sin ánimos de acercarse al toro. Lo que
enfureció y desilusionó al público. Pero la guinda la ponía al precisar ocho
pinchazos y cinco descabellos, según las crónicas. En esta ocasión la admirada
figura pasó a ser objeto de mofa, abucheos y algún que otro almohadillazo.
Pero el colmo de
todo fue el último toro. La crónica cuenta que el torero huía constantemente
del animal y se tiraba de cabeza al callejón para ponerse a salvo en
repetidas ocasiones. Los subalternos portaban estoques que escondían bajo sus
capotes y al acercarse al animal, se los clavaban en los costados. Cagancho en
intención de matar al toro pinchó en el cuello y el brazuelo.
Yo no soy un seguidor de la tauromaquia ni entiendo mucho sobre estas cuestiones, pero al parecer, pinchar en un lugar que no sea en la cruz delantera (espacio entre las escápulas de las patas delanteras) es un error del torero, no digamos pinchar en el cuello o las patas.
Una lluvia de
insultos, esputos, botellas, almohadillas, botas, botijos y piedras cayeron a
la arena buscando acertar en el cuerpo del diestro, Sonó en tercer aviso que
significaba que el tiempo había concluido y con los cabestros en la plaza, y
aún así el toro seguía siendo apuñalado por los subalternos de Cagancho desde
el callejón.
Ocho guardias
civiles fueron necesarios para evitar la invasión del anillo y la arena por
parte del enfurecido público que todo sea dicho, dejándose llevar por el vino
ingerido en aquella tarde de calor, buscaban abalanzarse sobre Cagancho y su
cuadrilla.
"Cagancho" dando la alternativa a
Miguel Báez Espuny "El Litri"
en 1950 en Valencia.
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Existen rumores
que afirman que Cagancho para salir del pueblo sin que lo viera la muchedumbre
que le perseguía, se refugió en una plantación de panizo junto a su cuadrilla,
pero la versión oficial dice que fue sacado del ayuntamiento en coche entre
unas cajas como camuflaje, horas después.
Otro de los
rumores que circulan es que la muchedumbre prendió fuego a la plaza, cosa
imposible, pues al día siguiente se celebró una novillada en la misma plaza,
sin ningún problema.
A pesar de las
buenas faenas realizadas por Joaquín Rodríguez Ortega, alias
"Cagancho" en otras plazas y en otro momento, la frase "quedar
como cagancho en Almagro" sigue persistiendo. Y la respuesta que Cagancho dio
al alcalde de Almagro y al Gobernador Civil de Ciudad Real, cuando le preguntaron que
le había pasado, también pasó a la historia. "Una mala tarde la tiene
cualquiera".
Antonio José Alcocer Mingallón.
Licenciado en Geografía.
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