miércoles, 24 de agosto de 2016

Quedar como Cagancho en Almagro.


Es por todos conocido aunque cada vez más en desuso la célebre frase "Quedar como Cagancho en Almagro" para referirnos a hacer algo estrepitosamente mal en público. Y como todas las cosas, parten de un acontecimiento histórico, que es quien le da origen, en este artículo os voy a narrar que ocurrió en Almagro ese día.

Debo aclarar en un primer momento, que lejos de la idea que hoy se tiene de la tauromaquia en la cual unos se encuentran a favor y otros en contra, en 1927, ver una corrida de toros era casi el único entretenimiento ocioso, junto al teatro, que una persona podía tener. El cine en aquel momento estaba en pañales y la mayoría de las personas pasaban su tiempo trabajando en duras labores agrarias. 

Es por este motivo que una corrida de toros era un gran acontecimiento, sobretodo en un pequeño núcleo rural. 
Almagro es uno de los pueblos mas carismáticos de la provincia de Ciudad Real, tiene una grandiosa historia, un famoso corral de comedias y como no, hasta esta famosa frase que ha quedado para la posteridad debido a la famosa "espantá" protagonizada por Joaquín Rodríguez Ortega "Cagancho".

Joaquín Rodríguez Ortega "Cagancho"


Este destacado diestro de principios del siglo XX, según las crónicas taurinas, era si no el diestro más destacado, si una de las principales figuras del momento. Cagancho, nacido en Triana (Sevilla) en 1903, de etnia gitana y muy acertado con la muleta, tomó la alternativa de Rafael Gómez "El Gallo" en Murcia, en Abril de 1927.

A pesar de su más que destacada habilidad con la muleta y el estoque, en varias ocasiones organizó espectáculos tan lamentables que terminó en los calabozos de la guardia civil y los toros malheridos en el corral.

En España las ganas de guasa y buen humor no pueden faltar y a todo sacamos chascarrillos que como el de Almagro, están cerca de cumplir la centuria. Este chascarrillo no es único ya que existen variantes, según donde Cagancho dejara su menos acertada huella. Por eso se suele escuchar también: "Quedar como Cagancho en Las Ventas", "armar la de Cagancho en las ventas" o en la zona Oeste de Andalucía "Quedar como Cagancho en Priego".

Pero la famosa espantada que el diestro protagonizó en Almagro, en mi opinión creo que fue la madre de todos los fracasos taurinos que se recuerdan.

Pongámonos en situación. Se anunció que con motivo de las fiestas de Almagro, uno de los toreros de la corrida del 25 de Agosto de 1927 sería el archiconocido Joaquín Rodríguez Ortega "Cagancho". Esta noticia corrió como la pólvora por todos los pueblos de la zona. La gente pagó autenticas barbaridades en la reventa de Ciudad Real y se triplicaron los trenes en la ruta Ciudad Real-Almagro, que llegaron incluso con pasajeros subidos a los estribos de lo llenos que entraban en la estación de destino.

Una hora antes de dar comienzo el festejo taurino, la plaza de Almagro estaba hasta la bandera. El público se agolpaba y aguantaba el calor como buenamente podía, pues las tardes de verano en La Mancha son de muy altas temperaturas y más aún a pleno sol. Y el acalorado público solo tenia a mano, para defenderse del calor, su tradicional bota de vino que no solía faltar para ir a los toros.
Hasta una hora tarde llegó el afamado torero. Así comenzó el paseíllo junto a los otros 2 diestros que compartían cartel con él eran Antonio Márquez y Manuel del Pozo "Rayito". La gente ya estaba algo enfadada por el retraso, el calor, los empujones de la multitud...
 
Plaza de Toros de Almagro, Ciudad Real.


De los 6 toros de la ganadería de Pérez-Tabernero, el primero y el tercero fueron para Márquez que realizó una nefasta faena con ambos y fue abucheado por un publico cada vez mas enfadado, acalorado, incomodo y muy seguramente bajo los efectos del vino que llevaban en sus botas. Solo decir que Márquez fue multado por el Ayuntamiento de Almagro con 250 pesetas por matar tan mal. 

Pero vamos al tema de Cagancho. En el tercer toro de la tarde y su primero, toreó con el brazo muy estirado, desde la distancia y sin ánimos de acercarse al toro. Lo que enfureció y desilusionó al público. Pero la guinda la ponía al precisar ocho pinchazos y cinco descabellos, según las crónicas. En esta ocasión la admirada figura pasó a ser objeto de mofa, abucheos y algún que otro almohadillazo.

Pero el colmo de todo fue el último toro. La crónica cuenta que el torero huía constantemente del animal  y se tiraba de cabeza al callejón para ponerse a salvo en repetidas ocasiones. Los subalternos portaban estoques que escondían bajo sus capotes y al acercarse al animal, se los clavaban en los costados. Cagancho en intención de matar al toro pinchó en el cuello y el brazuelo. 

Cartel de la corrida de toros del 24 y 25 de Agosto de 1927


Yo no soy un seguidor de la tauromaquia ni entiendo mucho sobre estas cuestiones, pero al parecer, pinchar en un lugar que no sea en la cruz delantera (espacio entre las escápulas de las patas delanteras) es un error del torero, no digamos pinchar en el cuello o las patas.

Una lluvia de insultos, esputos, botellas, almohadillas, botas, botijos y piedras cayeron a la arena buscando acertar en el cuerpo del diestro, Sonó en tercer aviso que significaba que el tiempo había concluido y con los cabestros en la plaza, y aún así el toro seguía siendo apuñalado por los subalternos de Cagancho desde el callejón.

Ocho guardias civiles fueron necesarios para evitar la invasión del anillo y la arena por parte del enfurecido público que todo sea dicho, dejándose llevar por el vino ingerido en aquella tarde de calor, buscaban abalanzarse sobre Cagancho y su cuadrilla.

"Cagancho" dando la alternativa a
 Miguel Báez Espuny "El Litri"
en 1950 en Valencia.
El gobernador civil ordenó retener a los toreros en el salón de plenos del ayuntamiento, mientras un cuerpo de caballería trataba de disolver a la enfurecida muchedumbre que exigían que se le devolviese el dinero de las entradas y les entregaran a Cagancho. El ayuntamiento lo multó con 500 pesetas al torero gitano y aún vestido de torero pero camuflado entre unas mercancías, fue llevado en automóvil a la estación de tren. Para subirse al tren con destino Almería donde junto a Márquez, volverían a ofrecer otra desdichada actuación.

Existen rumores que afirman que Cagancho para salir del pueblo sin que lo viera la muchedumbre que le perseguía, se refugió en una plantación de panizo junto a su cuadrilla, pero la versión oficial dice que fue sacado del ayuntamiento en coche entre unas cajas como camuflaje, horas después.
Otro de los rumores que circulan es que la muchedumbre prendió fuego a la plaza, cosa imposible, pues al día siguiente se celebró una novillada en la misma plaza, sin ningún problema.

A pesar de las buenas faenas realizadas por Joaquín Rodríguez Ortega, alias "Cagancho" en otras plazas y en otro momento, la frase "quedar como cagancho en Almagro" sigue persistiendo. Y la respuesta que Cagancho dio al alcalde de Almagro y al Gobernador Civil de Ciudad Real, cuando le preguntaron que le había pasado, también pasó a la historia. "Una mala tarde la tiene cualquiera".


Antonio José Alcocer Mingallón.

Licenciado en Geografía.

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